LA NOCHE DE REYES

Ilusión.(Del lat. illusĭo, -ōnis).2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo.
Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua




Mediados de diciembre y el nerviosismo empezaba a hacerse presente en mi barriguita. El motivo, no era otro que la proximidad de la Navidad y con ella, la visita de los Reyes Magos. No controlaba el tiempo, pero ir al Corte Inglés y ver, que ya estaba el catálogo de juguetes, era la señal inequívoca de que poco faltaba. Durante las siguientes semanas nuestros padres y/o profesores nos advertían, incansablemente, con frases del estilo  “Pórtate bien que los Reyes te están mirando” “Mira que sólo te traerán carbón…”  Un chantaje emocional en toda regla al que acabábamos sucumbiendo, pues a ver quién era el valiente que no lo hacía y ponía en juego todos los deseos escritos en la carta.

Hoy en día, SSMM los Reyes de Oriente, tienen mil y una formas de leerlas. Que si correo electrónico, whatsapp, mensaje por Facebook, tweet (aquí se hace difícil concentrar tanto deseo en 140 caracteres, eh pillines?) mensaje de voz… En mi época, y menos mal que aún hay nostálgicos, la carta se escribía en papel y se echaba a un buzón real. Mi hermano y yo solíamos hacerlo con mi yayo, que era quien nos llevaba de paseo, y generalmente pasábamos de pajes. Nosotros confiábamos en Correos y las cartas siempre llegaban. ¡Vaya si lo hacían!  Melchor, Gaspar y Baltasar siempre venían cargados de Playmobil, Pin y Pon y algún que otro juego de mesa.

La noche del día 5 era la gran noche, había que irse pronto a dormir. Eso mismo me decían a mí y eso mismo le decían sus papás a Matías. Él no era tan pedigüeño como yo y se conformaba con una locomotora con tres vagones, uno rojo, otro azul y un tercero amarillo. Le hacía tanta ilusión, que hasta inventó una canción.

“El tren de Matías, chu, chu, chu
corre por las vías, chucu, chucu, chu”




Así que, llegada la noche Matías se fue a la cama, ya que, obviamente, no quería que los Reyes le viesen despierto y pasasen de largo. Comenzó a pensar, a pensar y a pensar y cayó en un profundo sueño, pero a mitad noche, se despertó. ¡Tenía muchas ganas de hacer pis! ¡Vaya problemón! ¿Cómo solucionarlo?

Con esa duda os dejo, sólo os bastará leer Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis en la noche de Reyes para resolverla. De nuevo me fijo en la editorial Kalandraka y en su colección, Libros para soñar. Esta vez la historia también viene creada por Chema Heras, pero ilustrada por Kiko Dasilva.

¿Mi recomendación? Para todos los públicos, pero especialmente para los más pequeños, entre 3 y 8 años. Ellos disfrutarán con la historia y sus ilustraciones y nosotros, los adultos, recordando nuestra infancia y volviendo a ilusionarnos en una noche como la de hoy; pues qué es la ilusión, sino la esperanza de creer que aquello que deseamos se cumplirá.

Como en la anterior entrada, y siempre que me sea posible, os adjunto el enlace donde podéis encontrar una muestra del libro



Desde ayer, injustamente, hay un ángel joven que nos cuida desde el cielo. Va dedicado a ti.


Ficha bibliográfica:
Título: Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis en la noche de Reyes
Autor: Chema Heras
Ilustradora: Kiko Dasilva
Editorial / Colección: Kalandraka / Libros para soñar
Lugar y año: Pontevedra 1999


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One Response to LA NOCHE DE REYES

  1. Yo que te decía que no tengo tiempo de leer libros y me dan ganas de comprármelos todos!!!!la noche de Reyes es mágica, feliz noche de Reyes!!!

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